Tarde perezosa de verano castellano. Mi piel aún sabe
a sal, el olor marino deambula por los salones
tristes y solitarios de mi casa.
Ante un café; sin querer saber, sin querer
cuestionarme nada. Tan solo espero que la vida siga su
camino sin orden y sin sentido. Unas vacaciones más
que se acaban...