28 de agosto.
Cuando comienzo un viaje con cierta dosis de aventura siempre me acompaña un aliño de nervios e inquietud. Hemos visto tanto cine americano que quizás ya llevamos grabados muchos de los paisajes que nuestros ojos van a contemplar, tópicos americanos , muchos tópicos.
Nuestro “gowest” empezó desde Madrid y Barcelona, Xavi y Toni desde Barcelona y Bernardo y yo desde Madrid, nuestro punto de encuentro fue Londres.
El vuelo era directo hasta San Francisco, unas 12 horas en las que no paramos de comer, beber, dormir y estirar las piernas. El avión 747 jet de la British Airways no es demasiado incómodo, por supuesto que hablo de la clase turista, desfilar por la clase Business da cierta envidia, pero bueno…pensar que todo lo que bebes y comes es gratis hace que el viaje sea más agradable..
Tomarte un gin&tonic mientras vuelas por encima de Islandia, divisando al rato las heladas tierras de Groenlandia tiene cierta sofisticación. Terranova, Canadá y en unas cuantas horas más después de beber, beber, comer y comer llegamos a San Francisco con una diferencia horaria de 9 horas.
Una de las cosas que más me preocupaba era la entrada a los EEUU, como siempre muchos tópicos, leyendas urbanas y mucha saturación en los foros de Internet. Conclusión: pasé el control de pasaportes con cierta ansiedad,todos los bultos, todo el equipo de fotográfico, el “laptotp”…pero ningún problema. Una chica muy simpática nos hizo unas preguntillas, nos cogió la tarjeta blanca y verde que anteriormente tienes que rellenar en el avión, te grapan el visado, que es la tarjeta verde en una hoja del pasaporte, sellitos y pa drentro, ya estas en suelo norteamericano.
Después de 14 horas sin fumar, ya que en Heathrow no se puede fumar en ningún sitio, Toni y yo salimos escopetados hacia la primera puerta que encontramos para fumarnos nuestro primer cigarrito en los EEUU, en la puerta hay un cartel que nos indica que fumemos como mínimo a una distancia de 20 pies de la puerta, miramos a todos lados y no vemos a nadie fumando con lo cual nuestro primer cigarrito lo fumamos con cierto nerviosismo, observando negras limusinas con chóferes negros musculados como armarios, armados con Rayban oscuras y gorra de plato de charol. Es lo primero que veo, son mis primeras impresiones, y me cercioro que aquí todo va a ser a lo grande. Los coches son grandes, la gente no todos, pero muchos son “muy grandes” y portan en sus manos unos vasos del tamaño de un cubo de fregar con una pajita de la que van dando sorbos continuamente.
En el mismo aeropuerto recogimos el coche de la compañía Hertz, un Ford Scape 4x4 que devolveremos 21 días después en el aeropuerto de Denver en Colorado
Subimos al coche y después de acostumbrarse los conductores al cambio automático, pusimos la dirección del hotel en el Neverlost del coche y allí nos dirigimos, teniendo las primeras impresiones de las carreteras en suelo norteamericano. Pillamos algo de caravana para entrar en la ciudad, pero la maquinita que acompaña al coche (Lady Neverlost desde este momento) y que será nuestra amiguita y guía durante todo el viaje se porta muy bien y hace fenomenal su trabajo.
Hemos reservado desde España las primeras noches en SF, será lo único que tendremos reservado junto a la cabaña en Yosemite. Nuestro cuerpos cansados de avión descansarán en el Hotel Cova, 655 de Ellis Street, en la zona de Civic Center. Las fotos, el precio y la situación nos hizo reservar este hotel. Las habitaciones están bien, incluyen desayuno con una estupenda terraza y magníficas vistas… pero lo que no está bien es la calle, eso lo pudimos constatar cuando decidimos bajar a husmear, cansados del viaje y buscando algo cercano para cenar. La calle es horrible, da cierto miedo, pero como uno es muy peliculero y ha lidiado con muchos tipos de gente, pues nada, a pasar la calle con cierta cadencia chula y barriobajera, es alucinante la cantidad de homeless, prostis, drogatas y demás calaña que hay tirados por la calle. Al día siguiente me enteré que la Ellis Street se apoda “Crackville”, eso lo dice todo.
San francisco es una ciudad que “recibe bien” a los más desheredados de EEUU, todo empezó con la guerra del Vietnam, el flower power y todo el movimiento hippie que se instaló en la costa oeste, por ello hay todo un legado de gente colgada de los años 70 en los que hizieron estragos las drogas liségicas, es gente “inofensiva” su preocupación diaria es ponerse con lo cual van mucho a su rollo, no les queda otra, pues los servicios y la seguridad social en EEUU son muy distintos al sistema sanitario europeo.
De momento la calle no tiene ninguna de esas cuestas que hacen famosa a la ciudad, encontramos un estupendo restaurante Vietnamita en el que cenamos y de nuevo pateamos la calle hacia el hotel, viendo el percal decido hacerme un Documentos TV modo cámara oculta de la calle, mis tres compañeros de viaje me dicen que estoy loco, que ni se me ocurra, me puede el cansancio y el no llevar la cámara de video encima, pero la noche siguiente si que lo hago, con mucho miedo y excitación, cuando edite el video lo cuelgo en el Youtube.
Llegamos al hotel: supercamas “queensize”, saco el Mac y constato que la wifi funciona, es el primer viaje largo que hago con el ordenador y según van pasando los días pienso que ha sido una excelente idea aunque muchas páginas como la de este foro no me funcionan en muchos moteles, en los Super8 sin problema y en los Super6 imposible.
